Hoy te recuerdo, como siempre y mucho, a pesar de los años que hace que partiste siendo tan joven. Mi amigo, mi hermano de la vida y del alma.Nunca hasta hoy había escrito algo sobre ti. Era demasiado lo que se sentía y nada de lo que transmitían mis palabras parecía digno.
Hoy es tu cumple, si estuvieras aquí...
Mis padres no me regalaron un hermano varón, pero sí Dios o la vida. Fuiste vos que llegaste a nuestras vidas y te instalaste para siempre, para siempre...
Recuerdo nuestros juegos, nuestras charlas, nuestras risas y también nuestras peleas claro está. A ninguno nos gustaba perder, "ni a la bolita" como decíamos...entonces eso generaba trifulcas pero no duraban mucho, un rato y si era más, algún detalle dulce (bombón, caramelos, libro) solucionaba el tema...
Un triste día de setiembre quiso Dios, (de la misma forma que te puso en el camino) llevarte, cuando en mi todavía no existía ni en pensamiento esa idea porque la lógica no lo marcaba. Tenías 25 años...a quién se le ocurriría...
Superado el enojo, la bronca, el dolor, la impotencia con todos y con nadie, recordándote hoy (muchísmos años después ya con el alma tallada a golpes y alegrías que esta existencia nuestra va sorteando y aprendiendo) con un amor más grande aún, caigo en la cuenta que cuando el alma nos une ni siquiera el día más triste puede separarnos...¡Feliz cumple, hermano mío! Sé que donde estés recibirás todo mi cariño como siempre...hoy a través de este abrazo que intento dibujar con estas letras y que es todo lo que te puedo ofrecer...