La primavera ha llegado por estos lados con días de mucha luz y claridad...temperaturas agradables, y muchas flores adornando caminares y perfumando sentires...
Esto es un ciclo que continúa, gracias a Dios, aunque estos mismos colores no siempre se vean de la misma manera debido a certezas, que no por ser tales dejan de opacar, de empañar, y de descolgarse en gotas que manan a través de los ojos alivianando en algo el dolor que se siente tan profundo, mucho. Pero bueno estos tramos de camino también nos permiten aprender a disfrutar cada día y a no pensar tanto en mañana. Mañana se verá...hoy es lo que hay...
Una lámina en donde se aprecia una mancha sobre el hígado de uno de los seres que más quiero en mi vida, fue el veredicto que en persona me tocó retirar y a partir de ahí el caos interior y los cuestionamientos y las interminables y nunca respondidas interrogantes...
Mientras conducía a casa toda clase de pensamientos y recuerdos acudieron a sacarme del estado de impotencia en que este tipo de noticias nos sumergen. Casi sin darme cuenta me encontré a la puerta de la casa de mi hermana con quien sobrellevamos esto.
Desde ese día, cada mañana en que le pregunto cómo está y me contesta: bien, el día se ilumina más allá de las nubes, del sol e incluso de la lluvia....todo lo demás es secundario.